21 de mayo de 2014

¿Qué fue?

Veo las gotas cayendo repetidamente sobre el suelo, y me acercó al charco y me miro, veo a una chica, sí, pero no a la misma. He cambiado, para bien o para mal, no lo sé, pero lo he hecho. Los tiempos, las acciones y las personas nos cambian. Para mí el detonante han sido unos ojos azules, de esos que enamoran, bueno yo me enamoré por su forma de ser, esa tan particular, esa en la que iba de duro y fuerte pero tenía que partir las pastillas para tomárselas. Y es que cada día con él descubría algo nuevo, era como un refugio a mis preocupaciones, pero esa única cosa diferente y feliz de mi vida se esfumó, como un el humo de un cigarro, también se terminó con él. Los dos dimos las caladas demasiado rápido sin poder soltar aire, y eso fue lo que acabó con nosotros.
No me siento mal por lo hecho, ni me arrepentiría, es más, no le podría desear lo peor porque si le pasara algo, yo lo pasaría peor porque quiera que no le sigo queriendo, como una tonta que no sabe el daño que le ha hecho ni que le está haciendo.
Si algún día me preguntan porqué le dejé ir, no sabría muy bien qué contestar pero si de algo estoy segura es que les diría que luché y luché hasta que mi alma no pudo más, a veces lo mejor es rendirse si esa no es tu batalla y es que creo que nunca estuve en esa historia, fui como en un libro te contarían un romance secreto o una amante, solo que lo mío se veía a plena luz del día. Para mí fue como un engaño, pero todavía me sigo preguntando qué fue para él.

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